15 jun 2025 , 08:03

Día del Padre en tiempos de guerra: así viven los papás que enfrentan la violencia todos los días en Guayaquil

1 662 asesinatos se reportan en Guayaquil, Durán y Samborondón, siendo la zona más violenta de Ecuador. ¿Cómo es ser policía, bombero y militar? Uniformados comparten experiencias.

El hallazgo de dos primos baleados en una calle del noroeste de Guayaquil, atentados con explosivos, robos y más, son parte de la cotidianidad. En lo que va de 2025, entre ese cantón, Durán y Samborondón se reportan 1 662 asesinatos, convirtiéndose en la zona más violenta de Ecuador.

Policías, militares, bomberos, suelen ser los primeros en la línea de guerra cuando hay un incidente. Pero tras ellos, hay familias que se quedan esperando en casa su regreso. ¿Cómo estos padres con profesión de riesgo enfrentan la violencia?

Los dibujos de sus dos hijos, un amuleto que guarda en la billetera

Aún con 14 años, la hija mayor de Marco (nombre protegido) se entristece cuando él sale de casa para investigar un asesinato en Guayaquil. Tiene nueve años como agente de la Dinased y ha evidenciado el aumento de la violencia y la crueldad con la que se cometen los crímenes por la disputa entre bandas delictivas.

Contó a Ecuavisa.com que siempre se despide de ella y de su pequeño de ocho años. Las jornadas son extenuantes (11 días de trabajo y cuatro de descanso) y por eso, su familia lo acompaña a cada ciudad dónde ha sido asignado para cumplir con su deber como policía y poder verlos más seguido.

Actualmente está en Guayaquil. Su hija ha cambiado seis veces de plantel educativo, su hijo dos. Considera que tener a su familia junta es indispensable para trabajar y tratar de despejar la mente para no afectarse por lo que evidencia a diario en las calles.

Como agente de la Dinased, mantener su identidad oculta es indispensable para evitar amenazas. Aún así, con las precauciones, ha sido víctima de atentados cuando trabajó en El Triunfo. Un cabecilla ordenó poner un explosivo en su oficina en 2020.

También relató que ha tenido enfrentamientos armados cuando han acudido a las escenas de crimen. El carro en el que iba terminó baleado.

Ante el aumento de la violencia, su temor diario es salir de casa y no regresar. Como amuleto y recuerdo, guarda en su billetera dos dibujos que le hicieron sus pequeños hace años. En medio de la jornada, analizando casos, suele sacarlos para verlos. "Mi miedo es que me pase algo y no ver a mis hijos crecer", expresó.

Annabell Verdezoto
Annabell Verdezoto ( )

José Reyes tiene 15 años en la Policía. Desde hace ocho, es papá de una niña que vive en Santo Domingo de los Tsáchilas. Trabaja como motorizado en el distrito Pascuales, el tercer más violento de la zona 8.

Cuando sale libre, debe viajar seis horas para ir a casa y visitar a su pequeña. Contó que la situación más dura, es cuando va a resguardar los planteles educativos y ve a otros padres llevar a sus hijos a la escuela, algo que él no puede seguido debido a su trabajo.

Patrulla las calles a diario y participa en controles y operativos. Recientemente, le tocó ser parte de los megaoperativos tras los ataques que dejaron ocho muertos en Pascuales, por la disputa entre bandas de extorsionadores.

Al igual que Marco, su temor es morir en un cruce de balas y que su hija se quede sin papá. Por eso, ahora trata de minimizar los riesgos y siempre hacer videollamadas con su nena.

Cortesía
Cortesía ( )

Padre e hijo comparten la pasión y riesgo como bomberos de Guayaquil

Cristhian Acuña -jefe de la Segunda Brigada del Cuerpo de Bomberos de Guayaquil- comparte la profesión con su hijo Cristhian de 24 años. Cuando nació su primogénito, él ya era bombero y siempre vio la vida de cuartel, las emergencias y demás.

Relató que no se enteró cuando Cristhian siguió sus pasos y se inscribió a la academia de Bomberos. Fue una sorpresa verlo sentado en las aulas de clases. Ahora, ambos van a los incendios o rescates, tomando las debidas precauciones.

Para él, lo más difícil como padre y bombero, es tener que dejar a su familia durante alguna celebración por ir a un incidente. Hace dos años, tuvo que dejar a su hijo más pequeño con la torta de cumpleaños, para acudir a una emergencia.

"De pronto él me va a dejar o debo irme y dejarlos. Siempre nos toca eso como bomberos y eso no lo conoce la comunidad. Cuando hay una emergencia tenemos que dejar todo, trabajo, familia, celebraciones, citas médicas, todo lo que puedan imaginar", expresó.

El mayor Acuña detalló que toda emergencia implica un riesgo. La calma y saber cómo proceder, son la clave para afrontar la situación de la mejor manera y cumplir con la labor. Comentó que en algunas zonas de Guayaquil, ahora enfrentan otras amenazas con personas, presuntamente vinculadas a grupos criminales, que les dicen que no pueden pasar o que ya se vayan del sector.

Por eso, piden mayor seguridad para poder seguir trabajando con libertad y no tener contratiempos adicionales, que pongan en riesgo sus vidas.

Annabell Verdezoto
Annabell Verdezoto ( )

Deja la rudeza en casa para ser un padre cariñoso

Los hijos de Mario tienen cuatro y nueve años de edad. Ellos viven en Quito y él cumple funciones militares en Guayaquil. Contó que sus pequeños están orgullos que él sea parte de las Fuerzas Armadas, pero el sentimiento a veces se opaca por la tristeza de no tenerlo cerca.

Explicó que por seguridad y educación, no lo han podido acompañar a las ciudades donde le toca vivir por determinado tiempo. Su profesión es de rudeza pero la deja a un lado cuando cruza la puerta de su casa y se convierte en un padre amoroso, pasando cada minuto con ellos para compensar el tiempo ausente. Su pasatiempo favorito, es salir a la montaña a caminar.

En su billetera guarda una foto de ellos, y antes de una misión, la ve y pide a Dios poder regresar a casa para seguir cuidándolos. "Cuando los veo, trato de contener las lágrimas al escuchar papá, te extrañamos mucho", expresó.

Cortesía
Cortesía ( )
Noticias
Recomendadas