¿Quién es Alana Flores? La influencer mexicana que enfrenta el acoso digital tras ser víctima de deepfake
La creadora de contenido, que también se dedica al boxeo, denuncia la difusión de una imagen falsa generada con IA
- Alana Flores ha incursionado en varias áreas de los deportes. ( )
Con 4.7 millones de seguidores en Instagram y casi 7 millones en TikTok, Alana Flores no es una desconocida en el mundo digital. Sin embargo, en los últimos días, su nombre ha inundado las redes sociales por una razón muy distinta a su habitual contenido de entretenimiento.
La influencer y streamer originaria de Monterrey, México, ha denunciado ser víctima de un deepfake, una imagen explícita, completamente falsa, que ha sido difundida masivamente en internet. En medio de la polémica, una pregunta resuena entre los usuarios: ¿quién es realmente Alana Flores?
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¿Quién es Alana Flores?
Influencer, boxeadora y streamer, la imagen de Alana Flores se ha consolidado como una de las figuras más populares y versátiles de la escena digital mexicana. Originaria de Monterrey, ha sabido diversificar su carrera entre las actividades deportivas (fútbol y boxeo) y el mundo digital (streaming, influencer).
En el ámbito deportivo, destaca como presidenta de Ranizana FC, equipo participante de la Kings League Américas, y también ha peleado en La Velada del Año, evento de boxeo organizado por el influencer español Ibai Llanos.
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Su próxima cita en el ring será el 17 de agosto en el Palacio de los Deportes de la Ciudad de México, donde enfrentará a la actriz Gala Montes como parte del campeonato Supernova Strikers Drigenes.

Alana ha construido una gran comunidad digital en torno a su rutina diaria y las distintas actividades que desarrolla.
Hoy, sin embargo, enfrenta una dura batalla fuera del ring: una lucha contra los límites éticos del uso de la Inteligencia Artificial y el impacto del acoso digital.

“No es justo que se normalice que alguien pueda destruir tu imagen o tu salud mental por likes o morbo. Esto va más allá de mí: le puede pasar a cualquiera”
Su caso ha reavivado el debate sobre la regulación del contenido generado con IA, los vacíos legales que aún existen para proteger a las víctimas, y la urgencia de establecer límites más claros en el ecosistema digital.
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